La Policía de Nigeria ha liberado a cerca de 500 hombres y niños en una escuela coránica en el norte del país, muchos de los cuales estaban encadenados a las paredes y que habían sufrido acoso y agresiones, según fuentes policiales.

La redada en Katsina, es la tercera operación de este tipo en menos de un mes, lo que eleva a cerca de un millar el número de liberados en centros en los que se encontraban en condiciones similares. Fuentes citadas por la agencia de noticias Reuters, han indicado que el propietario de la escuela y cinco miembros del personal han sido arrestados, mientras que las autoridades han declinado dar detalles acerca de la operación.

Abusos y malos tratos

Estas fuentes han indicado que alrededor de 300 de los liberados se encontraban en un edificio y no sufrieron malos tratos de forma regular, mientras que 200 de ellos estaban en un anexo y sí eran víctimas de los mismos.

"El segundo lugar era el lugar peligroso", han manifestado. "Los niños sufrieron abusos sexuales allí", han agregado. El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, ordenó el martes el lanzamiento de operaciones contra los abusos en escuelas coránicas del país, tras las recientes liberaciones.

"El presidente ha ordenado a la Policía que disuelva este tipo de centros y que los confinados allí sean entregados a sus padres", dijo un portavoz de la Presidencia del país africano. "El Gobierno no puede permitir que haya centros en los que las personas, mujeres y hombres, son maltratados en nombre de la religión", indicó.

Otros rescates

Las fuerzas de seguridad liberaron el lunes pasado a 67 personas en una escuela coránica en el estado de Katsina, donde permanecían encadenados y eran sometidos a "tratos inhumanos y degradantes". Uno de los liberados relató que los instructores golpearon, violaron e incluso mataron a varios niños y adultos que estaban internados en el centro, todos ellos de entre siete y 40 años.

El rescate se produjo unas semanas después de que más de 300 personas, en su mayoría niños, fueran hallados encadenados en un edificio en la ciudad de Kaduna, en el norte de Nigeria. Un adolescente liberado de este centro señaló que los niños eran encadenados frecuentemente y que los que eran capturados robando eran sometidos a latigazos hasta que sangraban.