No le dieron oportunidad. Le dispararon a la cabeza, cuando estaba sujeto y tendido en el suelo. Los agentes de élite de Scotland Yard creyeron haber acabado el viernes con un terrorista suicida en el metro de Stockwell, pero mataron a un hombre completamente inocente.

El gravísimo error policial sacudió ayer como un latigazo a la sociedad británica. La caza y captura de los autores de los atentados se transformó de golpe en un escándalo de inquietantes consecuencias.

El fallecido es un joven brasileño, según afirmaron fuentes policiales a los medios de comunicación británicos. Algunos testigos aseguraron el viernes que la víctima tenía rasgos paquistanís. La prensa carioca dijo que se trataba de Jean-Charles de Menezes, de 26 años, que llevaba tres años en Inglaterra, donde trabajaba de electricista. El chico murió en el acto, tras recibir cinco disparos, realizados a quemarropa por los policías de paisano. Un amigo reconoció algunas de sus pertenencias y la Embajada de Brasil en Londres está informada del suceso.

TENSION SOCIAL Semejante equivocación agrava la tensión social en un momento en que la sensibilidad del país en general y de la comunidad musulmana en particular está a flor de piel.

Scotland Yard hizo público a media tarde de ayer un comunicado en el que confirmaba que el fallecido no tenía ninguna vinculación con los ataques. "Creemos conocer ahora la identidad del hombre al que la policía disparó en Stockwell, aunque queda por realizar una identificación formal. Estamos convencidos de que no estaba relacionado con los incidentes del 21-J. Que alguien pierda la vida en tales circunstancias es una tragedia que la Policía Metropolitana lamenta", decía la nota.

La declaración confirmaba que varios agentes habían seguido al hombre hasta el metro, después de que éste saliera de un bloque de viviendas que estaban vigilando. Ninguno de los testigos recuerdan haber oído a los perseguidores dar orden alguna para que el sospechoso se detuviera antes de dispararle. "Es un desastre", admitió John O´Connor, antiguo comandante de Scotland Yard. "Si resulta que alguien que no estaba involucrado en terrorismo ha sido perseguido desde la calle cuando entraba en la estación por varios agentes de paisano, si le tiraron al suelo y le mataron disparándole a la cabeza, va a ser muy difícil de explicar", subrayó. Shami Chakrabarti, presidenta de la organización Liberty, pidió que la investigación se haga "en profundidad y de manera independiente".

Al margen de este suceso, la investigación continúa. Dos hombres detenidos en el barrio de Stockwell están siendo interrogados por la policía por su posible conexión con los atentados. Los agentes hallaron un paquete sospechoso en un parque, que puede estar vinculado al 21-J.

FUNERAL POR EL 7-J Por otra parte, cientos de familiares y amigos acudieron ayer al funeral de Anthony Fatayi Williams, el joven ejecutivo británico de origen nigeriano que murió el 7-J en la explosión del autobús en Tavistock Square.

La catedral de Westminster acogió el último adiós a un joven cuya identidad se hizo conocida por el alegato que hizo su madre, Marie, cinco días después de los atentados condenando el terrorismo y pidiendo saber si su hijo estaba vivo o muerto. Sus padres han creado la Fundación Anthony Fatayi Williams para la Paz y la Resolución de Conflictos. "Anthony era una persona que amaba la paz", dijo su padre, Alan Adebayo Fatay, que añadió: "Por eso hemos decidido luchar para encontrar vías que acaben con la violencia".