Yuri Dmitriev, un historiador experto en la represión desencadenada por el régimen estalinista a finales de los años 30, ha sido detenido de nuevo en Carelia, una región rusa limítrofe con Finlandia, acusado de "violencia de carácter sexual", segun ha informado la agencia TASS citando a fuentes del Comité de Investigación local. El arresto, que se produce en plena celebración de la Copa del Mundo de fútbol, ha suscitado especial preocupación entre las oenegés de derechos humanos, que califican su caso de"político", e incluso instituciones europeas y responsables políticos de países miembros de la UE.

En abril pasado, un tribunal había declarado inocente al detenido, acusado entonces de haber realizado fotografías pornográficas de su hija adoptiva, un delito que el encausado siempre negó, asegurando que había realizado dichas imágenes para certificar el estado de salud de la pequeña, a la que había recogido en un orfanato. Sin embargo, en junio, el Tribunal Supremo de Carelia anuló el veredicto.

Posible pena de 20 años de prisión

Dmitriev ha sido trasladado a un centro de detención preventiva, según ha relatado Yekaterina Klodt, su hija mayor, a 'Nóvaya Gazeta', y debía ser presentado ante el juez este jueves. En el caso de ser hallado culpable, afronta una posible pena de cárcel de 20 años. Desde Bruselas, la UE ha destacado que el historiador afrontaba "acusaciones dudosas", al tiempo que recordaba a Moscú su obligación, según "los compromisos internacionales" que ha adquirido, de "proteger a los defensores de los derechos del hombre, según reza un comunicado emitido por el Servicio Europeo de Acción Exterior.

Los trabajos de Dmitriev han sacado a relucir la enorme amplitud de la represión estalinista en la región donde reside, uno de los primeros lugares donde se establecieron campos de trabajo para presos políticos. En especial, el descubrimiento de una fosa común en el bosque de Sandarmokh con los cadáveres 1.111 presos políticos que en 1937 desaparecieron sin dejar rastro del monasterio de Solovetsky, un complejo religioso ortodoxo transformado en campo de trabajo cuando los bolcheviques se hicieron con el poder.

La rehabilitación parcial de la figura de Stalin que se ha emprendido Rusia en los últimos dos años han empujado a Dmitriev y a sus actividades hacia la marginalidad social. Tanto las autoridades políticas locales de Carelia como las religiosas han evitado las conmemoraciones por las masacres durante el terror estalinista.Y ello pese a que la Iglesia ortodoxa fue una de las instituciones que más sufrió durante las purgas emprendidas por el dictador soviético.