Joven, musulmán de origen, de raza árabe y de clase media o baja. Esos rasgos, que durante años han conformado el perfil del potencial radical islámico en Europa, ya no sirven. Las policías europeas coinciden en admitir que "el perfil del potencial terrorista se ha difuminado" y que cada vez se detiene a "más personas con biografías atípicas". El cambio se ha constatado en las redadas practicadas en los últimos años, en que se está arrestando a un número creciente de mujeres, adolescentes y conversos. Eso ha obligado a reorientar la investigación antiterrorista que hoy, más que en perfiles, se fija en comportamientos.

"Detenemos a todo tipo de gente, desde extranjeros que aparentemente están bien integrados a individuos con buena formación académica y a delincuentes, pasando por conversos e incluso a españoles colgados que se han quedado fascinados con el islam más violento", sentencia un oficial español de la lucha antiterrorista. Una visión compartida por otras policías europeas. "Tener un perfil a partir del cual puedas predecir ´esta persona va a ser un radical´... eso ya es imposible", según Tjibbe Joustra, coordinador nacional holandés de lucha antiterrorista.

El resultado es que los servicios policiales y de inteligencia han variado su modo de actuar. En lugar de fijarse en perfiles predeterminados, buscan comportamientos sospechosos.

TELEFONO MOVIL Uno de ellos es el de individuos que compran un móvil de tarjeta prepago por semana, lo usan solo un día para una o dos llamadas y se deshacen de él. "Esa actitud no es la de un inmigrante que, cuando se compra un móvil, lo mete en una funda para que le dure mucho", dice un mando policial. Otro indicio que refuerza las sospechas es si la persona usa técnicas para saber si le siguen.

También se ha detectado que muchos sospechosos cambian constantemente de domicilio y dan direcciones ficticias. Los cambios son constantes en los vehículos. La policía asegura que son personas con trabajo, dinero y que reciben y hacen transferencias al extranjero, pero a través de locutorios, nunca mediante sistemas bancarios.