El deterioro de la situación interna en los territorios palestinos ocupados vivió ayer un nuevo capítulo cuando decenas de policías de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) protagonizaron una demostración de fuerza en las calles de Jan Yunis (Gaza) para exigir a Hamás que pague sus salarios. Los agentes, encapuchados y disparando al aire, cortaron por la fuerza varias carreteras y asaltaron la oficina del Parlamento en esa localidad, en lo que, de acuerdo con las palabras de uno de sus líderes, es tan sólo el primer paso para conseguir que el Gobierno pague sus sueldos atrasados.

Pero el caso es que el Gobierno que encabeza el islamista Ismail Haniya no tiene ni un céntimo para desembolsar los salarios ni de los policías ni del resto de los 140.000 funcionarios que tiene la ANP a causa de la bancarrota heredada de los ejecutivos de Al Fatá y, sobre todo, del boicot internacional. EEUU y la UE han suspendido su ayuda directa a los palestinos, mientras que Israel ha decidido retener los 40 millones de euros de impuestos que recauda cada mes en nombre de la ANP.

"Estoy atónito por esta manifestación. Todos saben que la bancarrota es resultado del aislamiento que sufre el pueblo palestino y su Gobierno. Todos saben que las cajas están vacías y que no tenemos dinero para pagar", respondió el ministro de Finanzas, Omar Abdel Razek.

ECONOMIA PARALIZADA Explicaciones insuficientes por dos motivos. El primero porque, como dijo uno de los cabecillas de la marcha de ayer que se identificó sólo como Abú Hasán, "la economía está paralizada". "No podemos comprar en la carnicería porque nadie nos fía, no podemos ni coger un taxi porque no tenemos dinero", dijo el policía. Agrava el asunto que la ANP es el principal empleador de los territorios ocupados. El segundo motivo es que muchas corrientes de la atomizada Al Fatá han aprovechado el impago para desafiar a Hamás. Ayer, junto a los policías, había muchos militantes de las Brigadas de Mártires de Al Aqsa. Nada de lo que haga Hamás impedirá que sectores del partido oficialista busquen la caída de su Gobierno en la calle, sembrando caos con manifestaciones, delitos y secuestros.

Por eso, no es causalidad que Maruán Barguti, el carismático líder de Al Fatá que cumple cinco cadenas perpetuas en Israel condenado por terrorismo, pidiera ayer por carta a Al Fatá que inicie "un diálogo con Hamás" para llegar incluso a crear un Gobierno de unidad nacional. La única buena noticia para los palestinos vino ayer de Moscú, donde el Gobierno ruso prometió enviar ayuda econó- mica de urgencia a la ANP.