La crisis europea es cada vez más profunda y de más difícil solución. Polonia abrió ayer un nuevo frente en el conflicto sobre la reforma institucional de la Unión Europea (UE) al anunciar su presidente que no piensa rubricar el Tratado de Lisboa tras el no irlandés.

El presidente polaco, el ultraconservador y ultranacionalista Lech Kaczynski, lleva meses retrasando la firma del acta de ratificación del nuevo Tratado, a pesar de que está aprobado por el Parlamento desde el 2 de abril. El anuncio de Kaczynski trastocará aún más la gestión política de la naciente presidencia francesa de la UE, al sumar un indeseado problema polaco a los ya existentes y complejos problemas irlandés y checo.

Kaczynski, en una entrevista en el diario polaco Dziennik , declaró que "no tiene sentido" firmar el acta de ratificación del nuevo Tratado de reforma de la UE tras el rechazo del mismo por Irlanda y que "es difícil saber cómo acabará toda la cuestión". El también euroescéptico y conservador presidente checo, Vaclav Klaus, respaldó a Kaczynski. La República Checa mantiene paralizada su ratificación hasta que el Tribunal Constitucional dictamine que el nuevo Tratado es compatible con el ordenamiento constitucional del país.

Por el contrario, las declaraciones de Kaczynski desencadenaron una reacción muy crítica del primer ministro polaco, Donald Tusk, y del presidente de la Dieta (Cámara de diputados polaca), Bronislaw Komorowski. "No es así como se construye la posición de Polonia en el mundo", lamentó Tusk, tras expresar su esperanza de que Kaczynski cambie su postura para evitar la marginación de Polonia.

INQUIETUD "En ningún caso debe utilizarse ese tipo de planeamiento, porque puede inducir erróneamente a la opinión pública europea a pensar que, después de Irlanda, es Polonia quien bloquea. Nosotros queremos realmente que el Tratado entre en vigor", añadió Tusk. Komorowski, por su parte, se declaró "inquieto" y "sorprendido", porque fue el propio Kaczynski quien negoció el Tratado.

En la misma línea, la Comisión Europea recordó que "Kaczynski firmó el Tratado de Lisboa y se comprometió a ratificarlo". El Ejecutivo comunitario subrayó que Kaczynski "fue uno de los principales protagonistas de la negociación del Tratado" y que no hubo acuerdo hasta que Polonia obtuvo lo que deseaba, en cuanto a la ampliación de su capacidad de bloquear y retrasar las decisiones comunitarias.

CONVERSACIONES La recién estrenada presidencia francesa de la UE anunció que mantendrá "discusiones" con la presidencia polaca para "ver cómo salir rápidamente de esta situación", sin entrar en más detalles. El presidente francés y presidente semestral de la UE, Nicolas Sarkozy, se desplazará el 11 de julio a Dublín para explorar posibles soluciones para lograr la ratificación de Irlanda. La inesperada declaración de Kaczynski, sumada a las reticencias checas, puede arruinar la estrategia de Sarkozy de aislar a Irlanda con las ratificaciones completadas en los otros 26 países de la UE, para forzar al Gobierno irlandés y a su población a ratificar el Tratado en un nuevo referendo.