La popularidad de Silvio Berlusconi se encuentra en el nivel más bajo desde que Il Cavaliere volvió al poder en el 2008. Los escándalos de corrupción, el plan de recorte presupuestario que prepara el Gobierno y las tensiones internas entre Berlusconi y su socio de partido, Gianfranco Fini, han sido claves para que la popularidad del primer ministro esté en el 41%. Hace un año estaba en el 55% y en mayo del 2008, los apoyos de Berlusconi eran del 60%.

Según un sondeo elaborado por el instituto IPR para el diario La Repubblica y difundido hoy, un 55% de italianos están descontentos con el primer ministro. El Gobierno también ha perdido un 3% de apoyos; del 38% de abril al 35% de mayo. El sondeo se realizó entre el 14 y el 16 de mayo con una muestra de mil personas.

"Este mes, el sondeo revela cómo las fuertes tensiones de este periodo, que han afectado tanto al Gobierno como a la oposición, han generado una caída de confianza general", ha subrayado el instituto IPR. Ningún miembro del Gobierno ha visto aumentar su propularidad este mes.

LA DIMISIÓN DE SCAJOLA

Así, los encuestados se han visto influidos por las grandes tensiones entre Berlusconi y Fini, presidente de la Cámara de Diputados y cofundador junto al jefe del Gobierno del PDL, el partido de la mayoría de centroderecha. Fini ha reprochado a Berlusconi la falta de democracia en el seno del PDL y de alinearse con posturas extremistas en ciertos ámbitos.

Otro frente de desgaste para Berlusconi ha sido el de la corrupción. Uno de sus ministros, Claudio Scajola, responsable de Industria, dimitió hace algunas semanas por un escándalo de corrupción inmobiliaria que también ha salpicado a otros miembros del entorno de Il Cavaliere.

Igualmente, después de oír durante meses que la economía italiana era inmune a crisis como la de Grecia, los italianos han visto cómo su Gobierno ultima un plan de recortes que incluirá bajadas salariales a funcionarios así como ajustes en el número de empleados del Estado.