La explosión en el puerto de Beirut, que deja un balance provisional de 100 muertos y 4.000 heridos, dejó una llamativa nube de un intenso color naranja y con la forma de hongo característica de las explosiones nucleares. Ello sembró dudas sobre el origen de la deflagración, que las autoridades del Líbano atribuyen a las 2.750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas en la zona sin medidas de seguridad.

¿Por qué la explosión de Beirut parecía nuclear? Mar Gómez, doctora en Físicas y responsable del área de meteorología de eltiempo.es explica que "este tipo de nube aparece cuando la explosión produce un gas caliente que se eleva rápidamente. El aire que hay por encima amortigua este gas caliente mientras intenta desplazarse hacia arriba y es literalmente empujado hacia abajo formando esa forma tan distintiva de hongo".

Este fenómeno se explica por la inestabilidad de Rayleigh-Taylor que describe la interacción entre dos materiales fluidos o gases cuando uno de baja densidad empuja a otro de alta densidad.

A este tipo de nube formada se le conoce como "nube de Wilson", que aparece en explosiones de aire húmedo. Cuando un arma nuclear o una gran cantidad de explosivos explotan en un entorno de aire húmedo, la onda de choque generada da lugar a una rarefacción. Es decir, una reducción de la densidad del aire que rodea la explosión, pero no del que la contiene. Esto lleva a un enfriamiento temporal del aire, que causa la condensación de parte del vapor de agua contenido en él.

EFECTOS DEL NITRATO DE AMONIO EN LA SALUD

Según las autoridades libanesas, la explosión fue provocada por la detonación de 2.750 toneladas de nitrato de amonio. A nivel atmosférico, este producto es muy volátil. "En zonas más altas de la atmósfera, el nitrato de amonio es una partícula o una gota, pero en un día cálido y cerca del suelo, el nitrato de amonio se divide en ácido nítrico y amoniaco, que se depositan muy rápidamente en la superficie terrestre", detalla Mar Gómez.

"Si el ácido nítrico se deposita en la tierra aporta nitrógeno y es un fertilizante para las plantas, pero también produce acidificación e intensifica la emisión de óxido nitroso. Las plantas sedientas de nitrógeno crecen muy rápido, desbancando a otras especies que crecen más lentas y produciendo una alteración en los ecosistemas", añade.

Las explosiones de nitrato de amonio almacenado son eventos raros pero han sido recurrentes y sus consecuencias, catastróficas. Todos ellos comparten un rasgo esencial en común: las explosiones fueron el resultado de un incendio incontrolable.

El nitrato de amonio también tiene efectos dañinos sobre la salud. "Cuando se inhala puede causar tos, dolor de cabeza o dolor de garganta, así como irritación ocular o en la piel. Está demostrado que los lugares con concentraciones elevadas de estas partículas se han asociado estadísticamente con el aumento de los trastornos pulmonares y cardíacos", señala Gómez.