¿Cómo se explica que haya tantas imágenes disponibles del meteorito que ha causado centenares de heridos y atemorizado a toda Rusia y parte del mundo? El motivo principal es por lo complejo que resulta conducir por las carreteras del país, donde las peleas de tráfico, las triquiñuelas de algunos conductores y la corrupción policial empujan a muchos rusos a instalar una cámara en el coche como prueba judicial, medida disuasoria o incluso para compartir en internet.

Entre agentes de discutible proceder y estafadores al volante, no es de extrañar que los activistas contra la corrupción estén alentando a sus conciudadanos para que dispongan de este artilugio."Usted puede entrar en su coche sin pantalones, pero nunca sin una cámara", dice Aleksei Dozorov, activista de la Brigada Cubo Azul, grupo de derechos de los automovilistas que ganó fama por la lucha contra las autoridades rusas.

"Les digo a todos que son absolutamente esenciales", añade Dozorov a Radio Free Europe. "Se quedan con tu dinero una y otra vez. Dios no quiera que haya un accidente de coche o una infracción grave que podría costarle su licencia. Pero si todo queda grabado, la posible infracción y las conversaciones con los policías de tráfico, al final acabará ahorrando dinero. En Rusia, es esencial", añade

Trabajo en equipo

Además de ayudar a los automovilistas a evitar multas de tráfico sin fundamento, los dispositivos tienen un valor incalculable en la lucha contra el fraude. Dozorov alerta de la existencia de extorsionadores que trabajan en equipo para provocar accidentes y ganar dinero rápido, logrando que el incauto conductor pague para evitarse quebraderos de cabeza. Es un problema cada vez más común en las carreteras de Rusia.

Hay incluso una web, Avtopodstavka.ru, que detalla numerosos tipos de patrones con los que se tima a automovilistas. Según la web, los grupos ganan alrededor de 750 euros al día. Un popular video publicado en YouTube muestra a un adelantamiento de un supuesto extorsionador a un conductor y luego un frenazo deliberado ante él, causando desperfectos en su paragolpes. El supuesto estafador salta del coche y grita agresivamente al otro conductor hasta que se da cuenta de que la víctima está grabando todo desde el salpicadero.