Portugal se prepara para un nuevo confinamiento general, que será decretado esta semana para al menos 15 días, después de que los contagios de covid-19 se hayan disparado tras las fiestas navideñas.

El país luso notificó hoy 122 fallecimientos por el virus, un nuevo máximo de toda la pandemia, en una jornada en la que se volvió a registrar un fuerte aumento de los ingresados, que se aproximan a los 4.000.

La situación en los hospitales, que ya era complicada, sigue empeorando y el número de afectados no ha dejado de aumentar día a día desde el 1 de enero.

El contexto es tan grave que algunos pacientes han tenido que ser trasladados a otras regiones ante la imposibilidad de varios centros de admitir más ingresos, un escenario al que se añade la ola de frío que mantiene en alerta amarilla el territorio continental de Portugal hasta el miércoles.

Así, el Gobierno ultima preparativos para aprobar un confinamiento general de 15 días, previsiblemente a partir del jueves, con el que el país volverá a la situación que hubo en abril y parte de mayo.

Esta medida supondría el cierre del comercio no alimentario, los servicios y la restauración, que sólo podrá servir comida para llevar o hacer entregas a domicilio.

Las escuelas sí estarán abiertas

La industria y la construcción civil se mantendrán en funcionamiento, así como las escuelas, ya que el Ejecutivo considera que no es necesario perturbar el año lectivo.

Las normas definitivas serán anunciadas después de la reunión que está marcada para este martes con los especialistas para analizar la situación de la pandemia tras las fiestas navideñas.

Portugal está en estado de emergencia, el nivel de alerta más grave, hasta el 15 de enero, aunque será prolongado al menos otros 15 días.