La última táctica de la Casa Blanca para burlar a la justicia es hacer que los servicios secretos fabriquen pruebas y llevarlas ante el tribunal especial que autoriza vigilancia de espionaje. Revela el diario The Washington Post que "algunos de los jueces han dicho sentir que participan en un tribunal Potemkin", en el que todo es falso salvo la fachada, como los pueblos que creó aquel príncipe para engañar a la zarina Catalina II. Hoy es más difícil que Bush nos haga creer que él es el único guardián de la legalidad.

*Periodista.