El tren de pasajeros Nevski Express, que viajaba de Moscú a San Petersburgo, descarriló por un atentado terrorista. Ese fue ayer el dictamen de los servicios especiales rusos, que encontraron "elementos de un artefacto explosivo" en el lugar de la catástrofe, que el viernes por la noche se cobró al menos 26 muertos y 95 heridos, aunque algunas fuentes especulaban que la cifra final podría ser de 39 fallecidos.

El director del Servicio Federal de Seguridad, Alexander Bortnikov, informó al presidente ruso, Dmitri Medvédev, de que la bomba que hizo salirse de los raíles al tren de alta velocidad Nevski Express tuvo una potencia equivalente a siete kilos de TNT. Además, el jefe de la compañía de Ferrocarriles de Rusia, Vladimir Yakunin, afirmó que un segundo artefacto explosivo se activó ayer en el lugar del siniestro a la hora de pasar un tren de asistencia técnica. Afortunadamente, no causó daños.

Según Yakunin, el primer artefacto más potente pudo haber sido colocado tanto en la vía del ferrocarril como en uno de los vagones. La fiscalía general rusa abrió una investigación criminal por terrorismo y posesión ilegal de armas de fuego y explosivos. "No cabe duda de que estamos hablando de un atentado terrorista", declaró Vladimir Markin, portavoz del comité de investigación. Según la policía, "un cráter de obús de un metro de diámetro fue descubierto cerca de la vía ferroviaria". Además, varios testigos afirmaron haber escuchado una fuerte detonación antes del accidente.

TREN DE LUJO El descarrilamiento de cuatro vagones del Nevski Express, un tren de gran lujo utilizado a menudo por turistas extranjeros, sucedió a las 21.34 horas (dos horas menos en España) del viernes en la región de Novgorod, a 350 kilómetros al noroeste de Moscú. El tren estaba formado por 13 vagones, que transportaban a unos 661 pasajeros. Dos vagones volcaron completamente. Varias personas quedaron aplastadas y, al cierre de esta edición, se desconocía el paradero de 18 personas.

A pesar de que el atentado terrorista se perfiló ayer como la única versión real de la catástrofe, sobraban también las incógnitas. La agrupación nacionalista Combat 18 se atribuyó en internet la autoría del atentado, pero los cabezas rapadas no presentaron ninguna prueba de haberlo hecho. Además, en el vagón que quedó más destruido, la policía encontró una maleta con 1,5 kilos de heroína, cuyo precio en el mercado ruso asciende a unos 50.000 euros.

El ministro de Interior, Rashin Nurgaliev, afirmó que los agentes ya estaban buscando a varias personas relacionadas con el atentado que viajaban en el tren siniestrado. "Tenemos el retrato verbal de uno de los sospechosos", indicó. Ninguno de los portavoces oficiales mencionó la posible autoría de separatistas chechenos, sospechosos de un atentado similar en el 2007.