Lo que era un secreto a voces se confirmó ayer. El general de cuatro estrellas Colin Powell, secretario de Estado de George Bush durante el primer mandato del presidente republicano, jefe del Estado Mayor nombrado por George Bush padre y figura política republicana, anunció oficialmente durante una entrevista en el programa Meet the press de la NBC que votará a Barack Obama en estas elecciones. El apoyo público de Powell, la gran deserción partidista de esta campaña, puede tener un efecto beneficioso para Obama entre los independientes indecisos, ya que uno de los puntos débiles del demócrata entre este segmento del electorado es su capacidad y experiencia para ser comandante en jefe y en política exterior, precisamente los puntos fuertes de Powell.

Sereno y argumentativo, Powell --que durante un tiempo fue considerado como un buen candidato para ser el primer presidente negro de EEUU-- explicó su apoyo a Obama: "Por su capacidad de inspirar, por la naturaleza inclusiva de su campaña, porque está apelando a gente de todo el país, por ser quien es". Powell calificó al demócrata como una figura "transformadora". "Creo firmemente que en este punto de la historia necesitamos a un presidente que no se dedique básicamente a continuar las políticas de los años recientes", afirmó el exsecretario de Estado en un golpe implícito a su "amigo" John McCain.

DERIVA DERECHISTA Entre los argumentos que esgrimió Powell, fueron más rotundos los motivos para no apoyar a McCain que las razones para votar a Obama. Así, calificó de "inapropiada" la campaña de ataques a Obama vinculándolo a un grupo violento radical de los años 70, y criticó la decisión de McCain de nombrar a Sarah Palin como candidata a la vicepresidencia. "No creo que esté preparada para ser presidenta de EEUU, que es el trabajo del vicepresidente", dijo Powell, que también opinó que la reacción de McCain a la crisis ha sido "insegura". Fue igualmente firme Powell cuando criticó la deriva derechista del Partido Republicano y se refirió a algunos miembros del partido que han dicho (falsamente) que Obama es musulmán. "¿Y qué si lo fuera? ¿Hay algún problema con ser musulmán en este país?", se preguntó.

Más allá de si estos apoyos públicos tienen influencia o no en el electorado, es evidente que Powell es un peso pesado, otrora muy respetado en el país. Pero también es cierto que su imagen quedó dañada en el proceso que llevó a la guerra de Irak. A pesar de que se informó hasta la saciedad de que Powell fue el contrapeso dentro de la Casa Blanca a halcones como Donald Rumsfeld y Dick Cheney, el entonces secretario de Estado dio la cara con información falsa en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU de infausto recuerdo y no se desmarcó públicamente de la guerra. Su apoyo, como apuntó el presentador de Meet the press, Tom Brokaw, también puede reabrir la cuestión racial. "No votaré por Obama solo porque es de raza negra, ni votaré por John McCain porque es mi amigo desde hace 20 años. Votaré por el que ofrezca la mejor opción para el país", dijo Powell.

En cuanto a las últimas encuestas, la CNN afirmó que la ventaja en intención de voto nacional de Obama es de seis puntos, mientras que, según Zogby/Reuters, es solo de tres. Por estados, McCain ha recuperado una ventaja de un punto en Ohio y ha reducido la desventaja en Florida a tres. Por eso, ayer el candidato del Partido Republicano se mostraba optimista en una entrevista en la Fox.