El Congreso quedará dividido en dos la próxima semana cuando se discuta, de nuevo, sobre el conflicto con Irak. La oposición en bloque votará una proposición que exige a José María Aznar que rectifique su apoyo a EEUU, mientras que el PP presentará su propia iniciativa, que defiende a capa y espada la línea del presidente del Gobierno. Ambas se votarán el martes, pero sólo prosperará la popular, que previsiblemente impondrá su mayoría absoluta.

El PSOE, Izquierda Unida, los nacionalistas catalanes, vascos y canarios, así como el Grupo Mixto han acordado un mismo texto, en el que reclaman al Gobierno que defienda el 7 de marzo en el Consejo de Seguridad de la ONU "la intensificación de los esfuerzos dirigidos a alcanzar una solución pacífica". La proposición aboga por dar más tiempo a los inspectores.

MANIFESTACIONES DEL 15-F

La oposición avala sus exigencias con la voluntad expresada por miles de manifestantes el pasado 15 de febrero. A su juicio, la decisión del Gobierno de impulsar, junto con Estados Unidos y el Reino Unido, una segunda resolución en el próximo Consejo de Seguridad "carece de justificación" y supondrá un grave daño para la política exterior española, "especialmente en el área mediterránea y en Iberoamérica" y para los intentos de forjar una política común europea.

Ignasi Guardans, de CiU, aclaró su alineamiento con la oposición después de haber votado con el PP la semana pasada. Guardans argumentó que el texto que presentaron los populares, un calco del aprobado por la Unión Europea, pedía más tiempo para los inspectores y consideraba que la guerra se podía evitar. "Quien ha traicionado ese espíritu ha sido el Gobierno español, no nosotros", dijo.

Luis de Grandes, del PP, acusó a la oposición de actuar por interés electoral y aseguró que el Gobierno sigue intentando que la paz sea posible, pero evitó aclarar qué hará el PP si George Bush decide ir a la guerra sin el apoyo de la ONU.