La decisión de la presidenta interina Jeanine Áñez de pedir a los bolivianos sumarle al combate contra el coronavirus, que ha provocado hasta el momento 53 muertes y 1014 casos positivos, el "ayuno y oración en familia", provocó una fuerte polémica en el país sudamericano. Hermana de un pastor evangélico y recurrente glosadora de la Biblia, la senadora que llegó al poder tras la conjura contra Evo Morales le había recordado a la población que con la cuarentena vigente desde hace semanas no alcanzaba para enfrentar la crisis sanitaria. "Ayunemos y oremos, que estaremos a salvo (…) para Dios nada es imposible y estando con Él vamos a vencer esta pandemia". Ella, dijo, fue la primera en rezar este martes. Y por eso, en su llamado al país, recordó lo que le dijo Jehová a Isaías: "soy tu Dios, quien te sostiene de la mano derecha y te dice, no temas, yo te ayudo".

La Iglesia Católica se sumó a la iniciativa. El presidente del Consejo Nacional Cristiano, Luis Aruquipa, también hizo lo propio y pidió a los ciudadanos "una abstención parcial o total de comida o bebida”.

“El ayuno no es voluntad de nadie, se está volviendo obligatorio porque much@s no tienen (qué) comer doña @JeanineAnez. Deja de hacer campaña con tu religión y respeta el Estado laico. ¿Dónde están las pruebas de Covid-19? ¿Dónde están las facturas de las compras para salud? #Bolivia”, dijo la cineasta Violeta Ayala a través de su cuenta de twitter.

"Las muestras de religiosidad de la presidenta Jeanine Áñez han vuelto a causar polémica y dividir las aguas", señaló el diario El Deber, de la región de Santa Cruz. Al llegar a la presidencia, Áñez se mostró exultante con una Biblia en la mano. Desde ese momento, a fines de noviembre, los pastores evangélicos entraron y salieron con familiaridad del Palacio de Gobierno.

Antes de llamar a un ayuno colectivo, Áñez, quien se ha postulado como candidata presidencial para las elecciones que debían realizarse en mayo y se suspendieron por el covid-19, había autorizado procesiones de santos a bordo de vehículos de la Policía nacional y que sacerdotes bendigan ciudades desde helicópteros de la Fuerza Aérea Bolivia.

De acuerdo con la escritora Paola Senseve, estos actos son "ofensivos y humillantes" porque en el país hay quienes "mueren de hambre por pobreza". El expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé consideró que "es útil recordar que tenemos un Estado laico con libertad confesional" e independiente "de la religión”. Lo mismo señaló la escritora Magela Baudoin. " Las autoridades públicas no pueden hacer proselitismo religioso de ninguna forma, no porque fueran antirreligiosos más bien porque esto no condice con el espíritu democrático del principio de la laicidad", estimó el experto en derechos humanos, Paulo Bustillo.