La víspera del segundo aniversario del 11-S, George Bush afirmó que su Gobierno logró progresos en la lucha antiterrorista y pidió al Congreso que apruebe nuevas medidas para reforzar aún más la mano de la ley, a la hora de investigar y procesar a presuntos terroristas en EEUU. "El enemigo está herido, pero todavía tiene medios, está reclutando intensamente y es peligroso", recalcó.

"Durante dos años, esta nación ha estado a la ofensiva contra las redes globales del terror", dijo Bush en un discurso en la academia del FBI en Quantico (Virginia). También prometió que los terroristas "serán cazados y derrotados".

Bush aseguró que su Gobierno ha tomado "medidas sin precedentes y efectivas para proteger a la madre patria". Sus propuestas inmediatas fueron fundamentalmente tres: permitir que los agentes de la ley puedan prescindir de los jueces para emitir citaciones judiciales en la persecución de presuntos terroristas, eliminar la libertad bajo fianza para los acusados de terrorismo e imponer la pena de muerte a los culpables de delitos terroristas.