El director del banco del Vaticano, Ettore Gotti Tedeschi, y otro directivo de la misma institución están siendo investigados por la fiscalía de Roma por no haber cumplido con las normas internacionales para impedir el blanqueo de dinero sucio.

El Vaticano, que nunca ha firmado dichas normas --aunque está en negociaciones para hacerlo antes de fin de año--, se ha mostrado "sorprendido y perplejo" por la investigación judicial y ha confirmado su "confianza" en el director del llamado Instituto para las Obras de Religión (IOR), que desde dentro del Vaticano funciona como cualquier banco. Las normas antiblanqueo sirven para identificar el dinero ilegal, criminal o perteneciente a organizaciones terroristas.

Las operaciones investigadas por los jueces son dos transferencias por unos 23 millones de euros efectuadas por el que se conoce corrientemente como "el banco del Papa". Dado que el IOR no señaló los nombres de los beneficiarios físicos o jurídicos de las transferencias al banco central, la fiscalía ha puesto bajo investigación a Gotti Tedeschi y a otro directivo de la institución. En concreto, las sumas, que en origen salieron del IOR, fueron transferidas desde tres bancos italianos al también italiano Banco del Fucino y a la sucursal de JP Morgan de Fráncfort.

LA LISTA BLANCA Un comunicado de la Secretaría de Estado del Vaticano informó ayer de que "es clara la voluntad, varias veces manifestada, de plena transparencia en lo que se refiere a las operaciones financieras del IOR", por lo que "desde hace tiempo las autoridades están trabajando para insertar a la Santa Sede en la llamada lista blanca". Es la lista de los organismos e instituciones que aplican totalmente las normas antiblanqueo.

Por ello, prosigue el comunicado, "la Santa Sede manifiesta perplejidad y sorpresa frente a la iniciativa de la Fiscalía de Roma", añadiendo que el banco central italiano "ya tiene a su disposición los datos necesarios" y que se trató de simples operaciones "de caja". La nota termina expresando "la máxima confianza" en el director del IOR.

Algunas filtraciones judiciales durante el verano ya anunciaban que en otoño podría salir a la luz pública un nuevo escándalo que afectaría al IOR. En dicho banco tenían cuentas algunos funcionarios de alto nivel del Estado italiano, investigados y encarcelados por haberse lucrado ilegalmente a través de la Protección Civil y la organización de grandes eventos gestionados a través de Obras Públicas.

Según fuentes internas, cuando dichos rumores salieron a la luz pública, el Vaticano ordenó una criba de todas las cuentas del banco y, según informaciones no confirmadas, se habrían descubierto unas 300 que, detrás de nombres de fantasía como los de algún santo, arcángel o asociaciones caritativas, se ocultaban los verdaderos titulares.