Avalado por la pujanza económica china y por el hecho de representar al país más poblado del planeta, el presidente de China, Hu Jintao, entrará hoy pisando fuerte en la Casa Blanca. Pero antes, en un despliegue de sutileza oriental, el dirigente chino dejó bien claro que su prioridad en las relaciones con EEUU no es la política, sino el comercio.

En su primer viaje oficial a la superpotencia, y antes de estrechar la mano de su homólogo de EEUU, George Bush, el presidente chino visitó a Bill Gates, el hombre más rico del mundo, propietario de Microsoft, que le recibió en su imperio tecnológico y le ofreció una cena con la flor y nata del empresariado.

"Como usted, señor Gates, es amigo de China, yo soy amigo de Microsoft y uso su sistema operativo cada día", dijo Hu ante los comensales, reunidos el martes por la noche en la fabulosa mansión de Bill Gates en Medina, en el estado de Washington. "Si le hace falta ayuda sobre cómo usar Windows, estaré encantado de ofrecérsela", replicó sonriente su anfitrión ante la atenta mirada de los principales ejecutivos de Boeing, Amazon.com, Costco Wholesale y muchas otras empresas con intereses en el gigante asiático.

Sin embargo, tras este despliegue de cortesía, se esconden duros años de batallas de Microsoft contra la piratería de sus productos en el lucrativo mercado chino donde, hoy por hoy, un 90% de los DVD, CD musicales y software en venta son piratas.

MEDIDAS Hu aseguró a Gates que China tomará medidas contra los piratas informáticos, algo que también enfatizará hoy en su entrevista con Bush. Pero antes de llegar a Washington, el presidente chino tuvo ocasión de visitar ayer en Seattle la Casa del Futuro , acompañado por Bill Gates. La vivienda, repleta de ingenios, interesó tanto al presidente chino que la visita se prolongó más de lo previsto.

El mandatario también acudió a la factoría de Boeing. Este gigante de la aviación ha recibido un lucrativo pedido chino de 80 aviones 737, valorados en más de 4.000 millones de dólares (3.080 millones de euros).

Se trata de uno de los recientes contratos de adquisición, por un total de 16.200 millones de dólares, con los que Pekín trata de maquillar el desequilibrio comercial de EEUU con su país para facilitar el viaje de Hu.