La ofensiva que Barack Obama lanzó el miércoles con su discurso ante el Congreso en defensa de la reforma del sistema sanitario sigue a toda máquina. Ayer, el presidente dedicó su discurso semanal por radio e internet y una intervención en Minneapolis a este proyecto. Hoy será uno de los ejes de la entrevista que emitirá la CBS y ocupará buena parte de su agenda esta semana.

Es quizá en la entrevista para el programa 60 minutos , grabada el viernes, en la que mejor argumenta su intensa implicación en el debate "Pretendo ser presidente un tiempo y una vez que la ley pase, será mía. Y si la gente entonces la analiza y se da cuenta de que no ha reducido sus costes, de que sus pólizas siguen subiendo un 25%, de que las aseguradoras siguen mareándoles, yo soy a quien van a hacer responsable, así que tengo todos los incentivos para que esto se haga bien. No tengo ningún interés en que se apruebe una ley que fracase".

Lo último que añadió Obama como razonamiento a su mensaje son datos facilitados por el Departamento del Tesoro tras analizar durante nueve años los seguros de un grupo de ciudadanos. El informe demuestra que el 48% de los estadounidenses menores de 65 años perderán la cobertura en algún momento en la próxima década, el 57% de los menores de 21 tendrán en ese periodo un 50% de posibilidades de quedarse también sin seguro y más de un tercio de la población estará sin cobertura durante más de un año. En su discurso de ayer, Obama reaccionó a esos datos. "Me niego a permitir que ese futuro suceda", y recordó que en los últimos 12 meses, casi seis millones de estadounidenses perdieron su seguro.

EJES A continuación, subrayó los ejes básicos de su proyecto: dar "más seguridad y estabilidad" a quienes ya tienen un seguro, ofrecer "opciones accesibles y de calidad" a quienes no lo tienen, poner bajo control los costes tanto para negocios como para familias y para el Gobierno. "No firmaré un plan que añada ni un céntimo a nuestro déficit", dijo tajante.