El presidente de Irán, Hassan Rohani, es tuitero desde el pasado agosto, cuando subió al poder. Twitter suele ser una herramienta que sirve a los políticos para acercarse, principalmente, a los electores y a la ciudadanía en general. Pero este no debe de ser el objetivo de Rohani, porque los iranís no tienen acceso ni a esta ni a ninguna otra red social. Por este motivo, el cofundador de Twitter, Jack Dorsey, dirigió este pasado miércoles un tuit a Rohani, donde le preguntaba si "los ciudadanos de Irán podían leer sus tuits". Cinco horas después, Rohani le contestó a Dorsey que sus "esfuerzos están orientados a asegurar que mi gente pueda acceder a toda la información global ya que es su derecho". Dorsey le agradeció la respuesta y le pidió que "les haga saber cómo puede ayudarles para hacerlo realidad".

Red censurada

Los iranís tienen acceso a internet menos a aquellas páginas, blogs o redes sociales que el gobierno considera peligrosos para la seguridad del país. Las restricciones se intensificaron en 2009, tras la reelección del expresidente Mahmoud Ahmadinejad, cuando los opositores del régimen empezaron a organizar manifestaciones vía Facebook y Twitter.