Hoy en día, el lenguaje de la opresión, de la intimidación, basado en la fuerza nuclear, se ha quedado anticuado", declaró ayer el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad. Sin dar un paso atrás en su habitual retórica antioccidental, el mandatario convocó a la prensa en Teherán para subrayar que su país no renunciará en modo alguno a su programa nuclear, incluso si el Consejo de Seguridad de la ONU toma cartas en el asunto y le ordena que detenga sus actividades atómicas.

Un día después de que la cancillera alemana, Angela Merkel, y el presidente de EEUU, George Bush, trataran el contencioso nuclear con Irán, Ahmadineyad adoptó una actitud desafiante y cargó las tintas contra Occidente, aunque negó que su país intente construir armas atómicas: "Aunque el Consejo de Seguridad se implicase, ello no ayudaría nada a resolver el problema; quienes intenten privar al pueblo iraní de sus derechos, deben saber que tal cosa no llegará jamás", manifestó.

El mandatario advirtió a las potencias occidentales de que al utilizar "con tanta libertad" el nombre del Consejo de Seguridad de la ONU corren el riesgo de "desacreditar" al organismo ante el mundo, y les recomendó que no se aíslen "con sus amenazas". El mandatario también agitó de forma velada el fantasma de las represalias en la exportación de petróleo en el caso de que su país sea sancionado. Irán "cuenta con los medios para defenderse", dijo Ahmadineyad, al tiempo que recordó que "las gentes que utilizan contra nosotros un lenguaje violento tienen 10 veces más necesidad de nosotros que nosotros de ellos".

A PEQUEÑA ESCALA Irán reanudó recientemente las actividades en varias plantas de investigación nuclear e incluso informó a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) de su intención de acometer el proceso del enriquecimiento de uranio a pequeña escala. En principio, el enriquecimiento del uranio permite elaborar combustible nuclear de uso civil o material para fabricar armas atómicas. Ahmadineyad esquivó ayer dos preguntas de los periodistas que le conminaban a confirmar si Irán reanudará el proceso de enriquecer uranio, y se limitó a decir: "La investigación tiene un sentido bien preciso en el mundo entero".

Irán se siente fuerte para alzar el tono ante Occidente: "Durante dos años y medio, el Gobierno iraní ha adoptado medidas de confianza hacia Occidente, y ahora ha llegado el momento de que los países occidentales adopten medidas de confianza hacia nosotros".