El presidente iraquí, Jalal Talabani, se mostró ayer dispuesto a dialogar con los grupos de la resistencia, a los que invitó a deponer las armas y a sumarse al proceso político que vive el país. Talabani precisó, sin embargo, que su oferta no incluye a los grupos extremistas islámicos, a los que calificó de "terroristas".

El presidente iraquí efectuó estas declaraciones en El Cairo, donde participa en la reunión que desde el sábado celebran representantes de todas las facciones étnicas y religiosas iraquís no armadas, bajo los auspicios de la Liga Arabe.

En la sede de la Liga Arabe, shiís y sunís intentaban aproximar posiciones cara a celebrar el año próximo una conferencia de reconciliación nacional. Mientras, la violencia sigue en el país, con 120 muertos en tres días. El Ejército de EEUU informó del fallecimiento de 15 civiles, 8 insurgentes y un marine en una emboscada el sábado.

CONTRA LAS TORTURAS Por otra parte, medio millar de iraquís, la mayoría sunís, se manifestaron ayer en Bagdad contra los casos de tortura a 170 presos infligidas por las fuerzas de seguridad iraquís en el Ministerio de Interior. En la marcha se exigió la puesta en libertad de todos los encarcelados en el país.