El presidente libanés, Michel Suleiman, condenó hoy los últimos actos de violencia entre cristianos y musulmanes en Egipto, que causaron varios muertos, y denunció que estos sucesos dañan la coexistencia religiosa.

En un comunicado difundido por su oficina de prensa, Suleiman mostró su repulsa hacia "los actos que perjudican la historia de la coexistencia entre los componentes de las comunidades religiosas en el mundo árabe, en especial en Egipto".

Al menos tres personas murieron y más de un centenar resultó herido en los disturbios desencadenados el domingo pasado en El Cairo y en la localidad de Al Jusus tras el funeral de cuatro cristianos fallecidos previamente en un nuevo brote de violencia entre personas de confesión cristiana y musulmana.

Suleiman expresó su pésame por esas víctimas e instó a "la moderación y al alejamiento de la lógica del extremismo para volver a la esencia de las religiones, es decir, la fraternidad, la confianza y el amor".

Por otra parte, el mandatario libanés condenó el atentado que ayer se cobró la vida de al menos quince personas en Damasco y reiteró su llamamiento a que las partes en conflicto encuentren una solución política.

Al menos 15 personas murieron ayer y otras 53 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba cerca de la plaza de Saba Bahrat, en el centro de Damasco, acto del que se acusan mutuamente el régimen y la oposición siria.

Asimismo, Suleiman envió un telegrama de condolencias al primer ministro británico, David Cameron, por la muerte ayer de la ex primera ministra de ese país Margaret Thatcher, informó la Agencia Nacional de Noticias (ANN).