Más de 17 millones de venezolanos están convocados otra vez hoy a las urnas para pronunciarse sobre una enmienda a cuatro artículos de la Constitución que, de aprobarse, permitiría a los cargos públicos presentarse a sucesivas reelecciones. El pulso entre el presidente, Hugo Chávez, que con la reelección indefinida quiere seguir al frente de la "construcción de la sociedad socialista", y la oposición, que condena su "mesianismo", está más tenso y apretado que nunca ante el nuevo referendo de hoy.

Así lo señalaban los últimos sondeos, solo permitidos hasta hace una semana. Varias de las encuestadoras con más prestigio, entre ellas Datanalisis, daban ventaja al promovido por Chávez, mientras que algunas, como Datos, se lo daba al no preconizado por la oposición. Pero todas señalaron un muy estrecho margen de ventaja, prácticamente un empate técnico. La consulta pone hoy de nuevo a prueba la capacidad de movilización de esas fuerzas que entre sí se denominan escuálidos, pitiyanquis o bolibananos.

De cara a los barrios que le giran la espalda, el presidente hizo hincapié en que si gana el no --como en el plebiscito similar de hace 14 meses-- la oposición "oligarca" pondrá fin a los "avances de la revolución", los programas sociales y las inversiones en los planes de producción socialista. La oposición cree que Chávez, "perpetuaría la inseguridad" y "los niños de la calle".