El presidente del club Tottenham Hotspur, Daniel Levy, subrayó hoy la necesidad de restaurar el orden "para reconstruir la zona" tras la violencia callejera desatada en ese barrio de Londres el fin de semana.

La oficina de venta de entradas del club de Tottenham, en el norte de Londres, resultó dañada durante la oleada de disturbios el sábado por la noche en ese barrio, que se propagó esta madrugada a otras zonas del sur y el este de Londres.

En un comunicado colgado hoy en la web de los "Spurs", Levy transmitió el sentir general de esa entidad y afirmó que, "como empresario y como negocio del barrio, el club se siente profundamente triste por los recientes acontecimientos".

"Nos preocupan los trastornos ocasionados a los vecinos y el efecto que tendrá en la comunidad en su conjunto", dijo. Este directivo opinó que "desgraciadamente, los vándalos se han servido de la situación como oportunidad para saquear y destruir propiedades y locales de negocios". Levy confió en que la "calma y el orden se restauren lo antes posible" para poder "reconstruir el área y el espíritu de la comunidad".

"A través del trabajo del club en nuestro vecindario, sabemos que existe un fuerte sentido de comunidad en Tottenham y que los acontecimientos recientes servirán únicamente para reforzar la resolución de todos nosotros de mejorar la zona y la calidad de vida de aquellos que viven y trabajan aquí", observó.

Su presidente indicó además que el Tottenham Hotspur "está comprometido para respaldar a su comunidad tanto con ayudas en las tareas físicas de limpieza del área como en la reconstrucción del espíritu de la comunidad a largo plazo".

Dos noches de intensos disturbios este fin de semana sacudieron varios barrios del norte, este y sur de Londres, y se saldaron con numerosos destrozos materiales y más de cien detenciones.

La oleada de violencia callejera se originó en Tottenham, cuando una pequeña marcha de protesta contra la muerte de un hombre en un intercambio de disparos con la policía derivó la noche del sábado en graves disturbios en los que se quemaron coches y edificios y se saquearon comercios.

Mark Duggan, de 29 años, murió este jueves en un taxi por heridas de bala en un incidente aún no esclarecido, en el que también resultó herido un agente.