El presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, ha asegurado que aún resiste y que la mayoría del pueblo le apoya, pese a las crecientes renuncias de responsables de su régimen para unirse a los manifestantes antigubernamentales.

"Resistimos igual que las montañas Aiban y Naqim, así como la mayoría del pueblo yemení, que permanece en seguridad y con estabilidad y legitimidad constitucional", dijo Saleh durante una reunión con dirigentes de la tribu Zarua en Saná. Saleh aseguró que "los que llaman al caos, la violencia, el odio y los actos de sabotaje son una minoría del pueblo yemení", y acusó a los manifestantes de intentar "conseguir estar en contra de la legitimidad constitucional".

El más importante jefe tribal yemení, el jeque Sadek al-Ahmar, ha reclamado a Saleh una "salida honorable", en una entrevista con la cadena de televisión Al-Jazira. Mientras, el ministro de Asuntos Exteriores francés, Alain Juppé, ha calificado la dimisión de Salhe de "inevitable".

RENUNCIAS INTERNAS

Pero el régimen sigue sin darse por aludido. Esta mañana, un alto mando militar del Ejército yemení, el general de división Mohamed Ali Mohsen, considerado el "número dos" del Ejército, reveló en un vídeo difundido por el canal catarí Al Yazira su apoyo "a la revolución del pueblo y sus peticiones" y condenó las deserciones de algunos oficiales.

El anuncio de Mohsen, hermanastro del presidente, se produce al día siguiente de que Saleh destituyera al Gobierno tras la renuncia de varios ministros en protesta por la violenta represión de las revueltas populares contra el régimen, que estallaron el pasado 27 de enero.

En los últimos días, han dimitido los ministros de Turismo, de Asuntos Religiosos y de Derechos Humanos, así como otros 17 diputados y responsables gubernamentales.