Ante la inminencia de la votación, la presión aumenta. El Parlamento europeo someterá a votación el próximo miércoles el quinto informe anual sobre exportaciones de armas por parte de los países comunitarios, un documento que en el capítulo de propuestas incluye significativas novedades y una petición expresa de que se mantenga vigente el embargo de material bélico que pesa sobre China. A través de Francia, pero también de forma directa sobre el eurodiputado autor del informe, el español Raül Romeva (ICV), las autoridades de Pekín han intensificado en los últimos días sus gestiones para romper el embargo.

En junio de 1998 la Unión Europea se autoimpuso, aunque con limitaciones, un denominado Código de Conducta que determina las condiciones en las que los países miembros pueden exportar armas fuera de las fronteras comunitarias. Año tras año el documento ha sido mejorado y su aplicación supervisada, pero la edición del 2004, que el miércoles será debatida en el pleno de Estrasburgo, es especialmente interesante porque por primera vez su redacción ha correspondido al grupo de los verdes.

El listón está más alto que de costumbre y, pese a ello, el informe ha superado la votación previa de la Comisión de Asuntos Exteriores, con 57 votos a favor, cuatro en contra y tres abstenciones.

El informe Romeva (es norma bautizarlos con el nombre del eurodiputado que lo coordina) no sólo solicita que se mantenga el embargo a China, sino que pide un especial celo a la hora de suministrarle material tecnológico de doble uso que, en determinadas condiciones, pueda servir para fines militares. El eurodiputado ecosocialista español admite que, de todo el documento, ése es el capítulo que más incierto futuro tiene en estos momentos.

El informe insta además a los estados miembros a que controlen la venta de material destinado a aplicar la pena de muerte o a torturar.