Con armas improvisadas --aspas de ventilador, fluorescentes y piezas de hierro--, 10 presos atacaron el jueves a sus guardianes en la prisión establecida por EEUU en la base de Guantánamo (Cuba). Los mandos de la prisión dijeron que se trató de la revuelta más grave a la que los vigilantes han hecho frente desde la apertura de la cárcel, en enero del 2002. El ataque se produjo justo una jornada antes del llamamiento efectuado por el Comité contra la Tortura de la ONU para el cierre de esta prisión, una petición que ayer adelantó EL PERIODICO. El Departamento de Estado norteamericano rechazó las críticas y dijo que el comité se ha extralimitado.

La revuelta de Guantánamo se produjo en Campo 4, una zona de seguridad media de la cárcel. Según las informaciones conocidas hasta anoche, 10 presos de una celda se enfrentaron a los guardias que habían entrado en ella para evitar que uno de los reos se suicidara. Pero el intento de ahorcamiento era una trampa. Fue el anzuelo que utilizaron para lograr que varios guardianes se metieran en la celda.

JABON, HECES Y ORINA Los reos les estaban esperando con el suelo lleno de jabón, heces y orina, y ya con las armas improvisadas a mano. Los vigilantes pudieron hacerles frente con facilidad, echándoles espray y lanzándoles bolas de goma. El Pentágono informó de que seis de los reos sufrieron heridas leves. Sin embargo, no comunicó ni la identidad ni la nacionalidad de los que participaron en la revuelta.

En otras ocasiones, los presos han rociado con orina a los guardianes o han golpeado durante horas las puertas de sus celdas, pero hasta ahora no se había conocido un enfrentamiento tan coordinado. No obstante, la protesta más generalizada ha sido la huelga de hambre, en la que han llegado a participar 131 reclusos. Ahora mismo hay unos 500 detenidos en la base militar.

El Departamento de Defensa informó de que ese mismo día, el jueves, dos personas intentaron suicidarse ingiriendo medicamentos. "En sus circunstancias, no es nada sorprendente que la gente se desespere hasta el punto de intentar suicidarse", declaró ayer Joshua Colangelo- Bryan, abogado de un preso de Guantánamo.

SOLO AUTORIDAD MORAL En un informe de 11 páginas, el comité de la ONU arremete contra EEUU declarando ilegales sus prisiones secretas para presuntos terroristas y también la cárcel de Guantánamo. Además, declaró que Washington debe poner fin a toda forma de tortura en Afganistán e Irak, dejar de emplear métodos de interrogatorio crueles o degradantes, y suspender el envío de presos a países donde se tortura.

Aunque las recomendaciones del comité solo tienen autoridad moral, irritaron a la Casa Blanca. El portavoz, Tony Snow, se apresuró a recordar que George Bush ya declaró su deseo de cerrar Guantánamo, pero aguarda a que el Supremo decida si los presos deben ser juzgados por tribunales militares. Entretanto, "los interrogatorios de presos se hacen según lo que marca la ley estadounidense", dijo Snow.

Por su parte, John Bellinger, el asesor legal del Departamento de Estado que defendió a EEUU ante el Comité contra la Tortura de la ONU, opinó que el llamamiento al cierre de Guantánamo supone una clara "extralimitación" del comité.