El primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, ha apelado hoy a la ayuda internacional para cortar las redes de ayuda a los extremistas y ha advertido a los países vecinos y a las potencias mundiales de que el conflicto en la región podría extenderse por todo Oriente Próximo.

"Irak se ha convertido en el frente de un campo de batalla", ha dicho el primer ministro durante la celebración de una conferencia regional de seguridad que cuenta con la asistencia de la delegación iraní, y de representantes occidentales entre los que se cuenta Estados Unidos, Mientras, el fuego de mortero impactaba cerca del lugar de la celebración del encuentro, el Ministerio de Exteriores que se encuentra fuera de la protegida Zona Verde, sin provocar víctimas

Al Maliki ha pedido ayuda para detener el apoyo financiero a las redes de armas y "protección religiosa" ante los continuos atentados, asesinatos y otos ataques que han llevado al enfrentamiento entre suníes y chiíes.

El primer ministro expresó su esperanza en que la conferencia pueda suponer "un punto de inflexión a la hora de apoyar al Gobierno para enfrentarse a este enorme peligro". En su intervención, sin embargo, Al Maliki ha pedido que los países participantes se ciñan estrictamente al motivo de la reunión y que se abstengan de resolver sus diferencias privadas. "Irak no acepta que sus territorios se conviertan en un campo donde se solucionen disputas regionales e internacionales", ha advertido.