El brillante éxito en las urnas de Arnold Schwarzenegger empieza a ensombrecerse. El actor y gobernador de California sufrió en la madrugada del sábado su primera gran derrota política cuando los legisladores rechazaron una de sus propuestas fiscales.

Con las votaciones en contra de su presupuesto crecen las expectativas de que las arcas del estado se queden vacías en junio, cuando se deben devolver créditos por valor de unos 11.200 millones de euros. Schwarzenegger, aseguran, está furioso.

El nuevo gobernador prometió no elevar los impuestos y, a la vez, devolver la estabilidad económica a un estado agobiado por el mayor déficit de EEUU. Pero su plan de recortar casi 4.000 millones en gastos y emitir deuda por 15.000 millones de dólares fue rechazada ayer en las dos cámaras legislativas.