La primera proyección de la Eurocámara, con sondeos a pie de urna de 11 países y encuestas de intención de voto de otros 17, otorga la victoria al Partido Popular Europeo, que lograría 173 de los 751 escaños en juego, por delante los Socialdemócratas (S&D), que quedarían de nuevo en segunda posición con 26 escaños menos y 147 eurodiputados. La sorpresa la daría el partido de los Liberales (ALDE), que irrumpiría con fuerza en la Eurocámara y lograría 102 escaños.

En cuarta posición se situarían los Verdes/Alianza Libre Europea que escalarían un puesto gracias a sus 71 escaños, 21 escaños más que los que han tenido esta legislatura. Por detrás se situaría la Izquierda Unitaria Europea (IUE) que perdería diez escaños y obtendría 42 en total. A medio camino se situarían los tres grupos euroescépticos, eurófobos y populistas de la cámara.

LA FUERZA DEL UKIP

Los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), donde comparten bancada los 'tories' británicos, el ultraconservador polaco de Ley Justicia (PIS) y los nacionalistas flamencos, obtendrían 58, 18 menos que los que han tenido esta legislatura. El grupo en el que se sientan la ultraderechista francesa Marine Le Pen y la Liga Norte italiana obtendría 57 escaños, 20 más que ahora, mientras que el grupo euroescéptico, en el que se ha sentado el UKIP, obtendría 56 escaños.

Estos primeros sondeos dan, por ejemplo, la victoria al PPE en Alemania, Austria, Irlanda, Chipre y Croacia mientras que los socialdemócratas (S&D) se impondrían en Holanda y Malta. Los resultados dejan, no obstante, sorpresas importantes que podrían modificar el tablero político en la UE y un repunte muy importante de la participación que podría superar el 50% en los 27 Estados miembros (salvo el Reino Unido).

FUERTE REPUNTE DE LA PARTICIPACIÓN

De confirmarse este dato sería la primera vez en cuarenta años que sube la participación en unas elecciones europeas. Desde los primeros comicios, celebrados en 1979 con una tasa del 61,8%, el dato había ido cayendo gradualmente hasta alcanzar el mínimo histórico en 2014 cuando solo acudió a votar el 42,9% de la población europea con derecho a voto. Además, la última vez en que unas elecciones europeas registraron una participación superior al 50% fue hace ya veinticincos años en 1994 cuando el 56,7% de los europeos con derecho a voto acudieron a depositar su papeleta en las urnas.

La campaña mediática sin precedentes organizada por la propia Eurocámara para frenar la desafección e implicar a la ciudadanía europea habría logrado contener la sangría de votantes y revertir ligeramente la situación. Según los resultados preliminares 21 países habrían registrado tasas de participación más elevadas que hace cinco años, entre ellos Alemania, Francia o España.