El Gobierno progresista de Romano Prodi se salvó ayer, después de una semana en la que el Gabinete caminó sobre el filo de la navaja de la tragedia, sin que siquiera hubiera transcurrido un año desde su victoria electoral. En la votación de confianza en el Senado, Prodi consiguió el apoyo de 162 senadores contra 157 que votaron en contra. Así las cosas, acaba el percance más grave sufrido hasta ahora por el Ejecutivo de centroizquierda, que había ganado las pasadas elecciones por tan solo 25.000 votos de diferencia.

"Somos a todas luces autosuficientes, incluso sin los senadores vitalicios", comentó Prodi al final de la votación, recordando que "aún falta el voto de confianza del Congreso", que será mañana. Gracias a la mayoría en la Cámara baja, los progresistas tienen una mayoría holgada.

"Como la Torre de Pisa" El Gobierno es como la torre de Pisa, inclinado pero no se cae", dijo Clemente Mastella, ministro de Justicia. "Tenemos una mayoría limpia y clara", añadió Piero Fassino, secretario de los Demócratas de Izquierda (DS), según el cual "existe solo una mayoría de centroizquierda, mientras que los conservadores no cuentan con ella"."Ahora tenemos que reforzar la cohesión interna, porque nos esperan reformas importantes a favor de las clases más expuestas, de los que tienen trabajos precarios, de los jóvenes y los jubilados", dijo Oliviero Diliberto, secretario del comunista PdCI, partido de uno de los dos senadores radicales que votaron contra el Ejecutivo. "A pesar de todo, resulta evidente la precariedad del Gobierno", subrayó el radical Daniele Capezzone, que apoya la mayoría. La neurobióloga Rita Levi Montalcini, de 98 años, premio Nobel y senadora vitalicia, mantuvo su palabra y votó a favor de la confianza mientras realizaba una escala de su viaje desde Dubai a EEUU.A favor del Gobierno votaron los 158 senadores elegidos y cuatro senadores vitalicios. Los dos comunistas radicales que la pasada semana provocaron la caída del Ejecutivo, uno de los cuales está bajo proceso interno, siguieron la disciplina de sus partidos, aunque dijeron que cuando se trate de misiones militares y alta velocidad ferroviaria, se sentirán con las manos libres.El Gobierno tiene ante sí una empinada cuesta, porque a pesar del pacto de 12 puntos firmado con los 16 partidos, grupos y movimientos que le apoyan, deberá afrontar temas que generan controversia en la coalición.