La pugna entre fuerzas europeístas y prorrusas que desde hace años marca la vida política de Moldavia, una pequeña república exsoviética de 3,5 millones de habitantes y habla rumana, vivirá un nuevo asalto dentro de dos semanas, cuando se celebre la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Tras la primera ronda de los comicios, celebrada este domingo, Maia Sandu, la aspirante partidaria de acercar al país a la UE, encabezaba el recuento de votos, con un 36,1% de los apoyos, seguida de cerca, a menos de cuatro puntos de distancia, por el jefe de Estado saliente, el prorruso Igor Dodon. Ninguno de los dos contendientes logró superar la barrera de la mitad de los sufragios emitidos necesaria para ser proclamado vencedor.

"Es una movilización extraordinaria; gracias", ha declarado Sandu nada más conocer los datos del recuento. Con estas palabras, esta economista educada en la universidad de Harvard, que trabajó en el pasado para el Banco Mundial, se refería al voto procedente de la diáspora de ciudadanos rumanos en el extranjero, cuyo apoyo masivo le había permitido colocarse en cabeza. Sandu encabezó un gobierno de coalición el pasado año, aunque fue derribado a los pocos meses por una moción de censura. Entre los principales puntos de su programa político esta un acercamiento a la UE, institución de la cual pretende recabar mayor apoyo financiero.

El conflicto de Transdnistria

Dodon, por su parte, ha prometido poner fin al conflicto de Transdnistria, ua pequeño territorio de habla rusa junto a la frontera con Ucrania que durante el proceso de extinción de la Unión Soviética declaró su independencia de Moldavia, un movimiento que únicamente ha sido reconocido por tres estados que a su vez adolecen de presencia internacional y ni siquiera forman parte de la ONU. Además, se ha indignado y ha calificado de "ingerencia" en los asuntos internos de su país los mensajes de ánimo que ha recibido su contrincante de parte de líderes europeos, como la ministra de Defensa de Alemania, Anegret Kaumpf-Karrenbauer, o el expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Al igual de lo que ha sucedido durante el verano en Bielorrusia, el Kremlin observa los acontecimientos en Modavia con atención. Serguéi Naryshkin, director del Servicio de Inteligencia Exterior (SVU) ha acusado a EEUU de instigar protestas contra Dodon, una acusación muy parecida a la que realizó en los meses veraniegos, cuando implicó al mismo país en la organización de las manifestaciones contrarias al presidente bielorruso Aleksándr Lukashenko en Minsk, también tras las elecciones presidenciales de agosto.

La segunda vuelta se celebrará sin duda en un ambiente de tensión y polarización política. La europeísta Sandu ha denunciado manipulación electoral en la primera ronda y ha llamado a sus partidarios a mantenerse alerta. "Las violaciones afectaron los resultados electorales; por eso es importante que protejamos cada voto de los que estñan en el poder y abusan de su posición", ha proclamado.