El linaje norcoreano ha sido un filón para humoristas, lo que apuntala ese carácter tragicómico de un régimen que sublima las violaciones de derechos humanos. De Kim Jong-il, padre del actual dictador, se subrayaban su lisérgico tupé y las alzas. Kim Jong-un acompaña la heterodoxia capilar paterna de una obesidad casi incontenible por los botones de sus abrigos. Ya tras su toma de poder en el 2011 se preguntaban en Corea del Sur cómo aquel “cerdo gordito” podía liderar un país de cíclicas hambrunas. Y aquel Kim era una sílfide comparado con el actual. El gremio de norcoreólogos, tras examinar fotografías con minuciosidad entomológica, calcula que habría pasado de los 90 a los 130 kilos.

Ningún país se ríe más de Kim que China. Los memes y vídeos son ubicuos. El Supremo Líder es conocido por los internautas como "Jin Sang Pang" (“Rey Gordito III”, en alusión a su lugar en la estirpe) o Jin Pang Pang (Kim Gordito Gordito). Uno de los vídeos más populares del 2014 era una composición de photoshop que le mostraba bailando, practicando artes marciales o siendo abofeteado por Obama. El vídeo rodó por todo el mundo y Pionyang hubo de solicitar a China que lo censurara porque “comprometía seriamente la dignidad y autoridad de Kim”, según el diario surcoreano 'Chosun Ilbun'. Se intuye que el dictador encaja mal las sátiras. La multinacional Sony fue atacada por piratas norcoreanos después del estreno de “The interview”, la película humorística que ficcionaba su asesinato. El régimen incluso habría prohibido a su población el empleo sarcástico de expresiones como “Esto es culpa de Estados Unidos”, una fórmula recurrente de la propaganda.

INGENIO CHINO

Entre las mayores misiones de la embajada norcoreana en Pekín en los últimos años figura convencer a las autoridades de que embriden el ingenio de su población. Cuando Liu Yinshan, miembro del poderoso Comité Permanente del Politburó, acudió el pasado año a Pionyang para el 70 aniversario del Partido Coreano de Trabajadores, sus colegas le urgieron a detener las burlas chinas sobre Kim. El diario ultranacionalista 'Global Times', bajo el paraguas del 'Diario del Pueblo', pidió a los internautas más autocontrol. No surtió efecto. El mismo diario volvía a pedir esta semana respeto para los “líderes de países vecinos” en una clara alusión a Corea del Norte.

Las súplicas se habían intensificado en los últimos días con la amenaza de que Kim “podría culpar y castigar a cualquiera”. Lo explica el tabloide hongkonés 'Apple Daily' en un artículo titulado “Corea del Norte solicita al pueblo chino que se dirija con respeto a Kim Jong-un”. Cualquier información sobre Corea del Norte exige cierto escepticismo, pero las pruebas parecen corroborarlo. Las referencias al “Rey Gordito III” y similares superaban los 15 millones en el buscador Baidu (el Google chino) antes de desaparecer en octubre. La censura china solo se había preocupado hasta ahora de blindar de las críticas a sus líderes. Su eficacia es limitada: los internautas chinos acumulan años regateando las cortapisas y ya han encontrado nuevos términos para referirse al dictador.

RELACIONES DETERIORADAS

La falta de diligencia china es interpretada como un castigo a Kim. Las relaciones bilaterales están deterioradas por los desmanes de Pionyang. Pekín ha presionado a Corea del Norte para que regrese a las negociaciones internacionales y renuncie a su programa nuclear. El pasotismo de Pionyang ha conseguido que Seúl aceptara finalmente el despliegue de un escudo antimisiles estadounidense que crispa a China. Xi Jinping, presidente chino, no ha dado en sus tres años de Gobierno audiencia a Kim.

El sobrepeso del dictador ha generado abundantes especulaciones. La única evidencia es que un treintañero fumador de 130 kilos no puede tener una salud ejemplar ni unos hábitos alimentarios aconsejables. El resto es un misterio. Los servicios de espionaje surcoreanos sostienen que sus excesos con la comida y la bebida se deben al miedo a ser asesinado. También sufre insomnio, defienden otras fuentes. En los últimos años ha aparecido cojeando o ayudándose de un bastón, lo que podría sugerir un ataque de gota o una intervención quirúrgica.