En la costa de Haifa, tercera ciudad del país, permanece atracado el barco de la Flotilla de la Libertad en cuyo abordaje murieron nueve turcos. Por si se queda ahí para siempre, el alcalde de la urbe, Yona Yahav, propuso al ministro de Defensa, Ehud Barak, convertirlo en un "hotel flotante símbolo de la paz y el entendimiento donde se celebrarían seminarios y encuentros entre judíos y árabes". La respuesta llegó hace unos días. Fue negativa.