Si hay un escenario que los líderes de la UE quieren evitar a toda costa es un brexit salvaje el próximo 31 de octubre. De ahí que si llega una petición de Boris Johnson para una tercera prórroga -tras las de marzo y abril- probablemente los 27 terminarán concediéndola aunque seguramente no de buena gana tras más de dos años de infructuosas negociaciones. La Comisión Europea, de momento, no se moja. «No vamos a comentarlo hasta que ocurra», insistieron desde el Ejecutivo comunitario en una especie de «ver para creer».

La opción está en la mente de todos y si termina confirmándose lo más probable es que sea una prórroga corta. «Si hay una petición en octubre, porque necesitan tiempo para llegar a un consenso nacional y ver hacia dónde ir, siempre es preferible al riesgo de un no acuerdo pero habrá que examinar los argumentos políticos», aseguró un alto cargo de uno de los países del norte de Europa.

«No creo que nadie esté valorando una prórroga muy larga. La gente esta muy cansada y esto está generando un deterioro. Es un follón con el que hay que terminar cuanto antes», opinó ayer otro de sus colegas.

De momento, sin embargo, no es más que una mera opción. El objetivo sigue siendo llegar a un acuerdo en la cumbre del 17 y 18 de octubre, aunque la primera propuesta legal de Johnson no ha convencido en Bruselas.