Las iras de los seguidores del frustrado candidato presidencial de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, se dirigieron de nuevo ayer contra el Gobierno español, cuyo presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, fue de los primeros en felicitar al virtual ganador de las elecciones de hace mes y medio, el conservador Felipe Calderón.

Al grito de "¡No pasarán!", unos 40 sindicalistas y miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD) simularon encadenarse y bloquearon desde buena mañana los accesos a la Embajada de España, como una más de las acciones de resistencia civil que desde hace 17 días colapsan la capital en demanda del recuento total de los votos.

La lucha por el recuento de votos continúa, y Andrés Manuel López Obrador acusó al presidente, Vicente Fox, de actuar como un "represor autoritario y provocador". El candidato de la coalición Por el Bien de Todos advirtió de que no es "un cobarde" y se presentará con sus huestes ante el Congreso el 1 de septiembre, cuando Fox presente su sexto informe de gobierno . También se mostró decidido a sustituir al gobernante en la ceremonia anual más importante y popular de México: el Grito de Independencia.

Mientras, el Tribunal Electoral elaboraba la sentencia sobre el recuento del 9% de las mesas, que terminó sin variar apenas el resultado de las elecciones mexicanas.