El cartel de agotadas las reservas ya cuelga en algunas gasolineras. Este es el primer síntoma de que la huelga en Francia contra la reforma de las pensiones, que alarga la edad de jubilación de los 60 a los 62 años, va más allá de la alteración del transporte y la función pública. Los paros afectan ya a todas las refinerías del país y la protesta se extiende como una mancha de aceite a otros sectores estratégicos como el transporte por carretera. Con la incorporación de los estudiantes a la manifestaciones, trasciende la reivindicación concreta para adquirir la dimensión de movimiento contra la política de Nicolas Sarkozy.

Después de lograr un récord de participación en las manifestaciones del pasado martes --más de un millón de personas según el Ministerio del Interior y 3,2 millones según los sindicatos-- para defender el derecho a jubilarse a los 60 años, los agentes sociales no quieren bajar la guardia. Las refinerías han relevado a los trenes como punta de lanza de los paros mientras las protestas se radicalizan y los estudiantes se han lanzado a las calles, configurando el escenario más temido por el Elíseo.

INCIDENTES Los nervios empiezan a aflorar. Los estudiantes ya han protagonizado escaramuzas con la policía y en las refinerías la tensión ha subido de tono. En la planta de Total en Douges, en el norte de Francia, la policía se enfrentó a los huelguistas que bloqueaban el acceso a las instalaciones con una barricada. Mientras, el tráfico ferroviario seguía muy alterado, tanto en el servicio de cercanías como el tren de alta velocidad, afectando a las conexiones con España.

Los camioneros pondrán en marcha operaciones de bloqueo en las carreteras. Los conductores de vehículos pesados se suman así a los trabajadores de las refinerías y los estibadores de Marsella, que desde hace una semana impiden la descarga de buques y petroleros.

Ante la aparición del espectro de la penuria de carburante, el Gobierno ha autorizado a las compañías petroleras a echar mano de sus reservas para suministrar a las gasolineras y aeropuertos. Quedan aún las reservas estratégicas, suficientes para que el país aguante tres meses, pero cuya utilización solo está prevista en casos extremos.

Sarkozy se mantiene inflexible. El Gobierno afirma que no puede ir más allá y confía en que el movimiento se desinfle. Pero la protesta está lejos de retroceder. Hoy hay convocadas nuevas manifestaciones y el próximo martes los sindicatos quieren parar de nuevo el transporte y la función pública.

¿Por qué la decisión de alargar de los 60 a los 62 años la edad legal de la jubilación --seguirá siendo la más avanzada de Euro-

Pasa a la página siguiente