Protestas, manifestaciones, abucheos, cancelaciones. El viaje de Condoleezza Rice al noroeste de Inglaterra no ha sido la visita hospitalaria y relajada prevista.

Si los gobiernos de George Bush y de Tony Blair querían enfatizar con el show diplomático su especial relación transatlántica, algunos británicos en Blackurn y Liverpool preferirían ver a Londres distanciare de Washington. En dos días, la secretaria de Estado norteamericana recorrió el distrito electoral de su homólogo británico, Jack Straw, devolviendo la visita que éste hizo el año pasado a su ciudad natal en Birmingham (Alabama).

La presencia de Rice en una región donde abundan los musulmanes, opuestos a la guerra de Irak, ha estado salpicada de incidentes. Los organizadores tuvieron que suspender la visita a la mezquita local, y dos de los artistas que debían actuar en una gala en Liverpool en honor de la invitada boicotearon el acto.

Cada acto de Rice y Straw estuvo rodeado de impresionantes medidas de seguridad y gritos de manifestantes. En Blackburn, Rice tuvo que escuchar cómo la llamaban "criminal de guerra". En la alcaldía, se reunió con líderes musulmanes y volvió a justificar la invasión de Irak.