El primer secretario del Partido Socialista (PS) francés, Fran§ois Hollande, abrió ayer el 74º congreso del partido con un llamamiento para que el encuentro "sea útil a los franceses" y "no sólo un debate entre socialistas". Hollande apeló a la "unión" en apoyo de su "moción" proyecto, que fue la más votada por los militantes en la cita previa al congreso, con el 53,6% de los sufragios. La consigna oficial es que las rencillas por la Constitución europea hay que dejarlas aparte.

El reto de este congreso, anunciado como el de la división, es el "acercarse a los franceses", insistían los líderes, tras hacerse públicos varios sondeos que ponen de relieve el deterioro de la imagen del PS entre su propio electorado y la necesidad de acallar las querellas internas.

Unas 4.500 personas, entre ellas 614 delegados de las cinco mociones en liza y cientos de periodistas, están reunidos en Le Mans (oeste) hasta mañana. Se trata de definir la línea de la principal formación opositora cara a las presidenciales del 2007 y de la nueva dirección encabezada sin sorpresas por Hollande, que será reelegido por cuarta vez, ya que su moción tiene mayoría absoluta.

Tras la crisis de los suburbios, los socialistas parecen decididos a olvidar al menos temporalmente sus divisiones y la eterna lucha de poder para buscar un consenso, aunque sea de fachada, hasta lograr una "síntesis" de las diferentes mociones. "Mostrar las convergencias" en vez de las divisiones y superar la fractura provocada por el referendo sobre la Constitución europea, que dividió el partido en dos, son los objetivos principales.

ESPERA EUROPEA Por otro lado, los partidos socialistas europeos esperan del PS francés que clarifique su posición sobre Europa en este congreso y se presenten como una verdadera alternativa para Francia, aprovechando los problemas que está sufriendo en estos momentos el Gobierno de Dominique de Villepin.