El presidente Vladimir Putin le concede la ciudadanía rusa al actor francés Gérard Depardieu, que amenazó recientemente con renunciar a su pasaporte francés para protestar contra los aumentos de impuestos que afectan a los más ricos. "Vladimir Putin firmó un decreto que le concedía la ciudadanía rusa al francés Gérard Depardieu", ha precisado el Kremlin en un comunicado.

"Si Gerard sinceramente quiere el permiso de residencia o el pasaporte ruso, consideraremos que la decisión está tomada y tomada positivamente", ha asegurado Putin durante una multitudinaria rueda de prensa transmitida en directo por la televisión. Además, ha explicado que conoce personalmente a Depardieu, con el que ha forjado "unas relaciones amistosas". No obstante, dijo saber con seguridad que el actor "se considera francés".

Afincado en Bélgica

La decisión del Consejo Constitucional de Francia de anular el polémico impuesto del 75% para las grandes fortunas "no cambió nada" para Depardieu, cuyo traslado a Bélgica y renuncia al pasaporte galo provocó una agria polémica. "Hay que dejarles hablar", bromeó el intérprete, en referencia a los políticos. "Todo esto me da completamente igual. No cambia nada", insistió. Hace más de un mes se supo que el actor había decidido mudarse a la localidad de Néchin, un pueblo belga a un kilómetro de la frontera francesa, para poder escapar de ese impuesto que intenta aplicar el Gobierno a los más ricos y solo a partir de las rentas que superen el millón de euros.

Este organismo abrió una brecha política al cancelar la medida estrella del presidente socialista, François Hollande, que consiste en gravar las rentas más altas. Según el Consejo Constitucional, el impuesto del 75% no respeta la igualdad de todos los ciudadanos ante las cargas públicas.

La medida, que solo afecta a unos 2.000 hogares franceses, tendrá carácter temporal hasta que se reequilibren las cuentas públicas. Depardieu, que ha puesto en venta su lujosa mansión parisina, cuyo valor cifra en 50 millones de euros la revista 'Gala', anunció que renunciaba al pasaporte francés tras sentirse ofendido por el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, que había tildado su comportamiento de "lamentable".