El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo estadounidense, George Bush, mitigaron ayer su desacuerdo sobre el sistema de defensa antimisiles que Washington quiere desplegar en Europa en la cumbre celebrada en el balneario de Sochi, a orillas del Mar Negro. Los dos líderes firmaron una declaración que establece el "marco estratégico" de las futuras negociaciones llamadas a suavizar las preocupaciones del Kremlin sobre el escudo nuclear.

"La parte rusa declaró abiertamente que no está de acuerdo con la decisión de crear instalaciones del sistema de defensa antimisiles en Polonia y la República Checa. Sin embargo, aprecia las medidas propuestas por EEUU y declara que estas, de ser acordadas y aplicadas, serán importantes y útiles para mitigar las preocupaciones rusas", reza el documento.

Asimismo, la declaración final recoge el interés de las dos partes en la idea del presidente ruso de "trabajar juntos y como socios iguales" con Europa y EEUU para crear un sistema internacional de defensa antimisiles.

La cumbre de Sochi tuvo una especial importancia porque tanto Putin como Bush próximamente dejarán sus cargos tras cumplir dos mandatos consecutivos. En la rueda de prensa posterior a las negociaciones, los dos se mostraron optimistas acerca de la posibilidad de que sus sucesores lleguen a un acuerdo en el futuro, aunque coincidieron en que queda "mucho trabajo" por hacer.

El presidente de EEUU, que llegó a Sochi tras obtener en la cumbre de la OTAN en Bucarest el respaldo de la Alianza a su proyecto del escudo, afirmó que la reunión con Putin ha sido "un gran paso adelante" respecto a la preocupación de Rusia por este plan. "Hemos progresado. Aunque tenemos que hacer un gran esfuerzo para convencer a los especialistas de que este sistema no apunta a Rusia", afirmó Bush.

INSPECTORES RUSOS El futuro escudo incluye una batería de 10 misiles interceptores en Polonia y un radar en la República Checa, que deben estar en servicio hacia el 2012. Para calmar los recelos del Kremlin, Bush ofreció permitir que expertos rusos inspeccionen el sistema. También planteó la posibilidad de que el escudo se mantenga desactivado hasta que Irán u otro enemigo potencial efectúe una prueba de misiles contra Europa.

"Soy prudentemente optimista respecto a un acuerdo definitivo. Creo que es posible, aunque el diablo está en los pequeños detalles. Es importante que los expertos decidan cuáles serán las medidas de garantía y cómo se llevan a cabo", dijo por su parte Putin, que dejará la presidencia de Rusia el 7 de mayo.

El resultado fundamental de la cumbre de Sochi puede resumirse en una frase con la que Bush se refirió a Putin en la rueda de prensa: "No teme decirme lo que piensa, pero después de que todo está dicho, nos damos la mano". La extensión a Europa del sistema de defensa antimisiles se perfila como solo uno de los temas de fricción. Otro importante punto de desacuerdo es la ampliación de la OTAN, que se ha comprometido a integrar en el futuro a dos exrepúblicas soviéticas, Georgia y Ucrania.