Los presidentes de Rusia, Turquía e Irán, Vladímir Putin, Recep Tayyip Erdogan y Hasán Rohaní, respectivamente, se reúnen este viernes en Teherán para negociar una salida a la inminente operación que el régimen de Bashar el Asad está a punto de llevar a cabo sobre la región siria de Idleb, en manos de los rebeldes. En esta región viven unas 2,5 millones de personas, la gran mayoría refugiadas que han llegado a Idleb de otras zonas del país huyendo de los avances del Ejército de Damasco y sus aliados, Rusia e Irán.

En Siria, sin embargo, Turquía apoya a la oposición, a los rebeldes del Ejército Sirio Libre (ELS): es Ankara su ya último aliado quien les paga los salarios y el armamento. Por esto, lo que se decida este viernes en Teherán marcará el futuro de la guerra siria. Turquía puede obligar a los rebeldes bajo su protección que abandonen Idleb. El tiempo es clave. Pedimos más tiempo en las negociaciones, especialmente entre Turquía y Rusia, que son los principales actores en las conversaciones y tienen, en mi opinión, la llave a una solución suave, ha dicho esta semana el enviado especial de la ONU para la guerra de Siria, Staffan de Mistura.

Pero la región de Idleb no está plenamente controlada por los rebeldes moderados del ELS. La zona está dominada, en más de un 60% de su territorio, por Hayat Tahrir al Sham, una milicia cuyo nombre anterior era Jabhat al Nusra: Al Qaeda en Siria. Este grupo se muestra contrario a pactar nada con Ankara. Su líder, Abu Muhammad al-Jolani, ha dicho en varias ocasiones en mensajes a sus seguidores que luchará pase lo que pase y que nunca abandonará Idleb a no ser que sea en un ataúd.

No está claro, tampoco, qué harán los demás grupos, los financiados por Turquía. Todos mis compañeros en Idleb dicen que no se retirarán, que lucharán hasta el final. No pueden hacer otra cosa. Todos llegamos a Idleb escapando de otras regiones. Ahora ya no hay sitio adónde ir. Los que están allí no tienen opción: o mueren luchando o mueren torturados en las cárceles de Asad, explica Abu Hamza, un joven refugiado sirio que vive en Estambul y que, durante años, colaboró con una milicia del ELS en Idleb.

ÉXODO HACIA TURQUÍA

Uno de los mayores miedos de Ankara es que la ofensiva de Asad sea tan cruda que obligue a los millones de personas que viven en Idleb a huir al norte, a la frontera con Turquía, país que ya acoge a tres millones de refugiados sirios. Erdogan no quiere más y la frontera está cerrada desde hace un año.

El plan del régimen de capturar Idleb está claro, pero, cuántos de los civiles que están allí vendrán a Turquía? Puede que dos millones? Puede que más Dónde irán todos los terroristas que están allí? Vendrán a nuestras fronteras, ha dicho este jueves el ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu.

Este será uno de los puntos a discutir durante la reunión de hoy en Teherán, la tercera en menos de un año entre Putin, Erdogan y Rohaní: las dos anteriores fueron en Sochi (Rusia) y Ankara (Turquía). En estas anteriores reuniones, los líderes de estos tres países pactaron unas zonas de desescalada del conflicto que no han funcionado. En ellas estaba el sur de Hama, Guta y también Idleb. Las dos primeras han sido tomadas a la fuerza por Asad. La última está en juego.