Los líderes del G-8 aprobaron ayer en la cumbre de San Petersburgo una declaración común sobre seguridad energética que marca el compromiso de Rusia a asumir las reglas internacionales reconocidas en el sector energético. Este documento se planteó como uno de los logros fundamentales de la cumbre.

"Los mercados libres competitivos y abiertos son esenciales para el funcionamiento eficaz del sistema energético mundial", señaló la declaración. El documento obliga a Putin a garantizar acceso al mercado ruso de energía, así como a respetar contratos y generar suficientes inversiones.

SATISFACCION EUROPEA Pese a que los observadores de la Unión Europea presentes en la cumbre manifestaron su satisfacción por el compromiso, la declaración no contiene mecanismos concretos ni fija un plazo para hacerlo realidad.

La declaración puso de manifiesto la ausencia de una estrategia común, y también destacó el aislamiento de EEUU ante su rechazo al protocolo de Kyoto. Los líderes mundiales discreparon en su visión del desarrollo de energías alternativas. El presidente francés, Jacques Chirac, llamó a "prepararse para la era pospetrolera". Putin contestó a Chirac que actualmente "hay suficientes recursos de combustibles convencionales".

Mientras, la policía rusa detuvo ayer a varias decenas de activistas antimundialización que realizaron una sentada en el centro de San Petersburgo. Las autoridades prohibieron celebrar manifestaciones por las calles de la ciudad rusa durante la cumbre.