El Kremlin manifestó ayer a la Unión Europea (UE) su "más seria preocupación" por la muerte de un ciudadano ruso en los disturbios en la capital de Estonia, Tallin, tras el desmantelamiento del monumento a los soldados soviéticos muertos en la segunda guerra mundial.

El presidente ruso, Vladimir Putin, telefoneó a la cancillera alemana, Angela Merkel, que ostenta la presidencia de la UE, para exponerle "la situación de crisis que vive Estonia", según afirmó un portavoz del Kremlin.

El ruso Dmitri Ganin, de 20 años, falleció el viernes en un hospital de Tallin por las heridas que sufrió durante los enfrentamientos con la policía, que empezaron el jueves, tras la destrucción del Monumento al Combatiente Liberador. Las protestas que continuaron ayer, se han saldado con un centenar de heridos y más de 800 detenidos.