El presidente ruso, Vladimir Putin, sorprendió ayer a su homólogo norteamericano, George Bush, con un plan alternativo para desarrollar conjuntamente un escudo antimisiles. La iniciativa de Putin pretende ofrecer una imagen constructiva de Rusia, tras la escalada de la tensión iniciada en febrero, e intenta evitar que Estados Unidos instale en Polonia y la República Checa los dispositivos del escudo antimisiles norteamericano, que Moscú considera una amenaza que altera el actual equilibrio estratégico entre ambas potencias.

Bush y Putin mantuvieron por la tarde una reunión bilateral que permitió rebajar el clima de guerra fría entre EEUU y Rusia, surgido en los últimos meses a causa del polémico proyecto del escudo antimisiles norteamericano. La reunión se produjo en la localidad de Heiligendamm, en la costa báltica, donde se desarrolla la cumbre anual del grupo de las ocho grandes potencias mundiales (G-8).

USO CONJUNTO Putin propuso a Bush que Estados Unidos y Rusia utilicen conjuntamente el potente radar de Qabala, situado en Azerbaiyán pero controlado por Moscú, para crear un escudo antimisiles que cubra "a toda Europa sin excepción".

El presidente de Azerbaiyán, que alquila las instalaciones a Rusia, está de acuerdo con el proyecto, aseguró Putin.

El radar de Qabala, uno de los mayores del mundo, está operativo desde el año 1985, permite vigilar toda la zona del norte de Africa, Oriente Próximo y el oceano Indico y puede detectar el lanzamiento de cualquier misil desde esas regiones. Este escudo antimisiles alternativo, insistió Putin, permitiría proteger a todo el continente europeo, en lugar de solo a una parte, como el proyecto norteamericano.

Este escudo alternativo "eliminará la necesidad de situar los complejos de intercepción cerca de las fronteras europeas", explicó Putin tras la reunión. "Y esto permitirá evitar la instalación de sistemas ofensivos norteamericanos en la Europa del Este en el marco de la defensa antimisiles", añadió el mandatario ruso.

AMENAZA CORREGIDA "Esto también nos permitirá no tener que reorientar nuestros misiles y, por el contrario, nos permitirá crear las condiciones para realizar un trabajo conjunto", dijo el jefe del Kremlin, refiriéndose a la reciente amenaza rusa de reorientar sus misiles hacia blancos de países europeos.

Bush, a quien la proposición rusa pilló visiblemente desprevenido, se limitó a comentar que Putin había realizado "sugerencias interesantes" y que "era mejor trabajar conjuntamente que crear tensiones". Bush también señaló que la reunión había sido "constructiva" y que confiaba en "continuar las discusiones".

"Nos hemos puesto de acuerdo para tener un diálogo estratégico, una oportunidad de compartir ideas y preocupaciones" entre los responsables de los ministerios de Asuntos Exteriores y Defensa, explicó Bush. Ambos acordaron que un equipo de expertos de los dos países estudien la propuesta rusa.

"Espero que estas consultas no sirvan de cobertura para una acción unilateral", declaró Putin, en una advertencia a Washington para que no siga adelante con su plan de instalar en Polonia una batería de 10 interceptores de misiles y un radar en la República Checa.

Putin recordó que Irán (justificación oficial para el escudo norteamericano) carece de misiles de largo alcance y no dispondrá de ellos antes de 3 o 5 años, por lo que no es necesario precipitarse con las instalaciones en Polonia y la República Checa.

La delegación norteamericana en le cumbre del G-8 señaló que la propuesta rusa "ofrece la perspectiva de superar las actuales diferencias" sobre el polémico proyecto del escudo antimisiles entre ambos países y abre la posibilidad de cooperación con el presidente ruso.