Corea del Norte consideró ayer la resolución de la ONU como una "declaración de guerra". El régimen había amenazado con hacerlo si se incluía la vía militar o el embargo total. El acuerdo que impusieron China y Rusia tampoco es asumible para Pyongyang, que culpó a EEUU de instigarlo pero prometió golpear "sin piedad" a todos los que apliquen las sanciones. "Corea del Norte no cedió a presiones en el pasado, cuando carecía de armas nucleares, y no lo hará ahora que las tiene", dijo en un comunicado el Ministerio de Exteriores, que amenaza a quien atente contra su "derecho a existir", incluso si actúa dentro de los límites de la resolución.

Según Pyongyang, la ONU se pliega a la política hostil de EEUU. Es la interpretación del texto la que divide a los países. China ha empezado a inspeccionar en sus fronteras a los camiones que entran en Corea del Norte, pero se opone a interceptar buques, medida que apoyan Japón y EEUU.

Mientras, los rumores sobre un segundo desafío norcoreano regresaron ayer, dos días después de que EEUU confirmara el carácter nuclear de la primera prueba. Japón y Corea del Sur tienen información de movimientos extraños de tropas norcoreanas. Rusia mostró su confianza de que esta prueba no se producirá. A. F.