Cerca de 30 personas murieron ayer en Irak en varios tiroteos y atentados con explosivos, pocas horas después de que el jefe de Al Qaeda anunciara una ofensiva en territorio iraquí durante el mes sagrado del Ramadán. El ataque más mortífero se registró en la provincia de Diyala, al noreste de Bagdad, cuando un centenar de hombres armados asaltaron dos pueblos y asesinaron al menos a 14 personas.

Durante el ataque, de unas dos horas, los asaltantes prendieron fuego a casas y comercios. Los residentes de Jichan y Ghizlayat, las localidades atacadas, forman parte del Consejo del Despertar de Diyala, una alianza de clanes sunís que hacen frente con las armas a Al Qaeda.

BICICLETA BOMBA A un grupo similar pertenecía el jeque Abdul Sattar Abú Risha, asesinado el pasado jueves en la provincia suní de Anbar. Días antes de su muerte, el religioso se había reunido con el presidente George Bush. El Ejército de EEUU dijo ayer que había detenido a uno de los autores de atentado. En Bagdad, agentes de seguridad contratados por Washington protagonizaron un tiroteo en el barrio de Mansur, donde murieron nueve civiles y otros 12 resultaron heridos. En el norte, un suicida puso una bicicleta bomba junto a una cafetería en Tuz Jurmatu y mató a cinco personas. Y en Baquba, un niño fue asesinado por un francotirador.

Mientras, el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, matizó sus declaraciones del viernes, en las que dijo que en el 2009 sus tropas en Irak pasarán de los 169.000 soldados actuales a 100.000. Gates negó ayer que diera esa cifra y dijo que la reducción será posible solo si mejora la seguridad en el país.