La organización terrorista de Osama bin Laden se está replegando hacia las grandes extensiones del desierto del Sáhara, según varias fuentes concordantes. Aparte de los atentados de mayo en Casablanca y del apoyo a los islamistas armados argelinos, Al Qaeda tiene grandes planes para esta zona desértica, donde dispone de más de seis millones de kilómetros cuadrados que escapan al control de cualquier estado de la región.

"El desierto de Mali se ha convertido en una base de repliegue de Al Qaeda," asegura un alto mando de las fuerzas de seguridad argelinas. Por su parte, fuentes diplomáticas estadounidenses en Argelia han confirmado que "hay bases activas de Al Qaeda en el desierto." "Es una zona incontrolable y sabemos que allí están pasando cosas", reconocen.

Ni las fuerzas de seguridad, ni los ejércitos de Argelia y Libia, ni mucho menos los de países tan pobres como Mauritania, Mali o Níger cuentan con medios para controlar esa zona, que hasta ahora era coto privado de contrabandistas tuaregs y traficantes de armas, drogas y seres humanos. Los traficantes, equipados con potentes vehículos todoterreno y equipos de comunicaciones vía satélite, dejan en ridículo diariamente a los agentes de aduanas de esos países que sólo disponen de anticuados jeeps.

HUIDA DE AFGANISTAN

Para Al Qaeda, esa zona sólo tiene ventajas. Por eso, según han publicado varios diarios argelinos, la ha elegido como base de repliegue y refugio para sus terroristas, después de que muchos de ellos tuvieran que huir de Afganistán tras la caída de los talibanes y la entrada de las fuerzas de EEUU. Muchos militantes de Al Qaeda se encontraron sin tener adonde ir, pues no podían regresar a sus países de origen porque corrían el riesgo de ser detenidos.

Los encargados de preparar el terreno han sido los terroristas del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), cuyo número dos, identificado como Abderrazak, el Paracaidista, se ha trasladado a la zona con sus hombres para supervisar la llegada de los miembros de Al Qaeda y de nuevas armas.

La situación es tan grave que, según informó el rotativo The New York Times, la Administración estadounidense planea construir una estación de escuchas en Tamanraset, en el corazón del Sáhara argelino.