Un suicida cargado de explosivos se hizo estallar ayer en un restaurante del centro de Bagdad frecuentado por miembros de las fuerzas de seguridad iraquís. El atentado --que se atribuyó el grupo de Al Qaeda en Irak, responsable de la masacre en Ammán--, mató a 35 personas e hirió a más de 20. Una hora después, otros 10 iraquís murieron cuando un kamikaze explosionó un coche bomba ante un centro de reclutamiento del Ejército en Tikrit.

El hombre bomba entró en el restaurante Kaduri antes de las diez de la mañana (dos horas menos en España). Algunas fuentes cifraron en cuatro el número de agentes que estaban en el restaurante, lo que hace suponer que gran parte de la víctimas eran civiles. El local está cerca de los hoteles Palestina y Sheraton.

El kamikaze de Tikrit hizo estallar el vehículo entre un grupo de antiguos militares del Ejército de Sadam que se disponían a reincorporarse a las Fuerzas Armadas. Minutos después, otra explosión mató a dos civiles.

Mientras, el Gobierno iraquí reaccionó al triple atentado contra hoteles en Ammán, después de que la organización Al Qaeda en Irak, dirigida por el terrorista jordano Abú Musab al Zarqaui, se atribuyera su autoría.

Tras condenar los ataques en el país vecino, Leiht Kuba, portavoz del Ejecutivo, reprochó la actitud que ha mantenido hasta ahora la opinión pública jordana sobre la guerra en Irak.